Es el punto en el que cambias.
Cual se nutre de las ganas,
las de ganar,
las de perder.
Experimentar.
Errar
para volverlo a intentar,
errar
para disfrutar la vergüenza,
errar.
Porque no es morir,
porque es volver a nacer.
Sonreír, reír, llorar.
Entrar.
Con las pocas canas que nos quedan
y la piel más arrugada.
Observar,
y solo gestar unas pocas palabras.
Por, Federico José Capparelli
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